El procedimiento se realiza mediante una incisión de apenas 2.8 mm, por la cual se desintegra el cristalino opaco mediante una técnica de ultrasonido llamada facoemulsificación, se aspiran los restos del cristalino y posteriormente se introduce el lente intraocular en la misma cavidad, el cual queda adherido en esa zona. Al final la incisión cierra sola, sin necesidad de colocar puntos.
El paciente regresa a su casa el mismo, con indicaciones, reposo y control con su cirujano en los próximos días.